El caso de la alférez de la Fuerza Aérea del Perú (FAP), Ashley Vargas Mendoza, desaparecida desde el pasado 20 de mayo durante una misión de entrenamiento cerca de la isla Zárate, en la Reserva Nacional de Paracas, ha tomado un giro dramático y doloroso. La familia de la joven piloto vivió momentos de angustia y esperanza, que se transformaron en indignación tras confirmarse que la llamada sobre su supuesto hallazgo con vida era una cruel farsa.
La familia Vargas recibió una comunicación donde presuntos rescatistas afirmaron haber encontrado a la piloto con vida, lo que motivó una movilización inmediata hacia el supuesto punto de rescate. La noticia fue tan impactante que el alto mando de la FAP estuvo a punto de emitir un comunicado oficial, pero detuvieron la publicación tras constatar que la llamada había sido un engaño.
El Dr. José Ocampo, tío de la piloto, calificó la situación como “una lamentable falsa alarma”, y la familia denunció que los autores de la llamada habrían actuado con la intención de obtener dinero. Esta estafa no solo causó un profundo dolor emocional, sino que también desvió momentáneamente la atención del operativo de rescate, que se reanudó con urgencia en la zona costera de Ica.
La FAP continúa con la búsqueda: Persiste la incertidumbre
La FAP ha reiterado su compromiso con la búsqueda activa de la alférez Vargas Mendoza, asegurando que se mantienen todos los recursos disponibles desplegados por mar, aire y tierra.
La incertidumbre persiste, y el caso de Ashley Vargas continúa marcado por una mezcla de esperanza, angustia y, lamentablemente, ahora también indignación ante el aprovechamiento de una tragedia. Las autoridades continúan con las investigaciones para determinar las causas exactas del accidente y prometieron entregar un informe oficial en los próximos días.