En un escenario de expectativas y desafíos, las Zonas Económicas Especiales (ZEE) enfrentan una encrucijada en el Perú. La propuesta del Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (Mincetur) ha generado controversia, y la Sociedad Nacional de Industrias (SNI) alza la voz para advertir sobre las posibles consecuencias.
La clave está en los impuestos. Las ZEE, como la que se planea desarrollar en el megapuerto de Chancay, podrían no alcanzar el éxito esperado si no se aplican exoneraciones de Impuesto a la Renta (IR). Otros países, que compiten con el Perú, han adoptado esta estrategia para atraer inversiones y fomentar el desarrollo económico.
Actualmente, las ZEE cuentan con regulaciones tributarias y aduaneras especiales, que incluyen tasas nulas en el Impuesto General a las Ventas (IGV), el Impuesto Selectivo al Consumo (ISC), el Impuesto de Promoción Municipal (IPM) y el Impuesto a la Renta (IR). Sin embargo, el Poder Ejecutivo evalúa una propuesta para cambiar estas condiciones.
Jesús Salazar Nishi, presidente de la SNI, enfatiza la necesidad de mirar al mundo y aprender de las mejores prácticas. “No podemos generar una ZEE sin considerar lo que otros países están haciendo”, señala. Si el mundo atrae inversiones mediante exoneraciones de IR, el Perú no puede quedarse atrás aplicando un 20% de IR en sus ZEE.
En su exposición ante la Comisión de Comercio Exterior y Turismo del Congreso de la República, Salazar Nishi también aboga por una mesa ejecutiva liderada por el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF). Esta mesa debería establecer un Plan Integral para el hub Chancay-Callao, integrando a todos los actores de la cadena logística e industrial.
El megapuerto de Chancay es una oportunidad, pero su éxito depende de una visión coordinada y a largo plazo. “Estamos viendo grandes iniciativas, pero muy dispersas”, advierte Salazar Nishi. La alineación de esfuerzos y metas es crucial para aprovechar al máximo este proyecto.
Además, Salazar Nishi destaca la disponibilidad de 1,215 hectáreas para parques industriales en el Perú. El Parque Industrial de Ancón ofrece 715 hectáreas utilizables, mientras que el Parque Industrial de Chancay, vinculado al megapuerto, ofrece alrededor de 500 hectáreas.
Sin embargo, para que las industrias sean competitivas, necesitan financiamiento para adquirir terrenos en estos parques. Salazar Nishi propone una solución: una “hipoteca industrial” que permita financiar emprendimientos del sector manufactura.
En última instancia, el Perú debe impulsar un marco legal que incentive el desarrollo industrial. Así como lo hizo con la gran minería y la agroexportación, el país necesita una ley que fomente la industria nacional y la proyecte hacia un futuro próspero.