Una nueva y controversial disposición de la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS) ha encendido el debate y la preocupación entre la población peruana. A partir de septiembre del presente año, los familiares directos —hijos o cónyuges— serán los responsables de asumir las deudas pendientes de un titular fallecido. Esta medida marca un giro radical en la política de préstamos, ya que, hasta ahora, el fallecimiento del deudor saldaba automáticamente la obligación sin que los herederos tuvieran que responder por ella.
La nueva norma aplica a una amplia gama de productos financieros, incluyendo tarjetas de crédito, créditos hipotecarios y otras deudas relacionadas con vivienda o bancos. En adelante, la responsabilidad económica recaerá directamente sobre los familiares.
Fuerte rechazo ciudadano: "Es injusto y no nos corresponde"
La decisión de la SBS ha generado un contundente rechazo en la población, que la califica mayoritariamente como "injusta". La principal objeción de los ciudadanos es que los préstamos fueron contraídos exclusivamente por la persona fallecida, y consideran que sus familiares no deberían ser gravados con una responsabilidad que no les corresponde.
"No estamos dispuestos a asumir la deuda que dejó un familiar fallecido", es el sentir generalizado. Los afectados argumentan que esta medida no solo es arbitraria, sino que también los afectaría económicamente de manera significativa, sumando una carga inesperada a la pérdida de un ser querido.
La polémica está servida. Mientras la SBS busca redefinir la responsabilidad crediticia, la ciudadanía exige una revisión de una norma que perciben como una carga excesiva e inmerecida para las familias peruanas. Se espera que este cambio genere un amplio debate y posibles acciones de la sociedad civil en los próximos meses, antes de su entrada en vigencia en septiembre.