La presidenta de la República juramentó a nuevos funcionarios en un intento por relanzar su gabinete.
La presidenta de la República, Dina Ercilia Boluarte Zegarra, tomó juramento este martes 13 de mayo a tres nuevos ministros de Estado, en una ceremonia oficial desarrollada en la Sala Eléspuru del Palacio de Gobierno.
Con esta medida, que para muchos es un ‘chocolateo’, el Ejecutivo busca renovar la conducción en sectores clave y reafirmar su compromiso con el desarrollo y la gobernabilidad del Perú.
Uno de los cambios más relevantes fue en el Ministerio de Economía y Finanzas. Raúl Ricardo Pérez Reyes, quien se desempeñaba como titular del Ministerio de Transportes y Comunicaciones, asume ahora la conducción del MEF en reemplazo de José Antonio Salardi Rodríguez.
En el Ministerio del Interior, Boluarte designó a Carlos Alberto Malaver en reemplazo del general en retiro Julio Díaz Zulueta, cuya gestión venía siendo cuestionada por el manejo de la seguridad ciudadana y el aumento de la criminalidad.
Mientras tanto, César Carlos Sandoval Pozo fue nombrado ministro de Transportes y Comunicaciones, tomando la posta dejada por Pérez Reyes, ahora a cargo del sector económico.
La presidenta destacó que esta nueva configuración ministerial busca fortalecer el trabajo articulado del Gobierno, respondiendo a las demandas ciudadanas con eficiencia y transparencia.
Los cambios en el gabinete se producen en medio de una aguda crisis de aprobación hacia el Ejecutivo.
Una reciente encuesta confirmó que la presidenta Dina Boluarte atraviesa uno de los peores momentos de aprobación ciudadana desde que asumió el cargo.
Tan solo el 2.5 % de los encuestados aprueba su gestión, un dato que fue adelantado por CIT la primera semana de abril del 2024 y que ahora se ratifica con un margen de error de ±2.8 %.
El rechazo a la mandataria se profundiza tanto en Lima como en provincias, donde el respaldo se mantiene igual de bajo.
La encuesta señala que esta caída sostenida se debe a una serie de factores acumulados, como el deficiente manejo de la seguridad ciudadana, las críticas por sus intervenciones estéticas, el polémico aumento de su sueldo y, especialmente, su prolongado silencio ante la prensa, que ya suma más de 200 días sin declaraciones públicas.