Las "góndolas", esos buses antiguos sin cortinas, con asientos de madera y que transportaban de todo, desde pasajeros hasta gasolina y aves de corral, son parte de la memoria viva de la sierra de Tacna.
Un viaje en el tiempo
Recordarlas es viajar en el tiempo a una época en la que los caminos eran trochas y la aventura era parte del viaje. En esos buses, que surcaban las alturas de Tarata con destino a Chucatamani y Ticaco, se tejían historias, se compartían sueños y se desafiaba la rudeza del camino.
Más que un simple medio de transporte
Las "góndolas" eran más que un simple medio de transporte. Eran un espacio de encuentro, donde se mezclaban aromas, sabores y culturas. Eran el escenario de anécdotas inolvidables, de risas y llantos, de despedidas y bienvenidas.
Un legado invaluable
Hoy, las "góndolas" han sido reemplazadas por buses modernos y cómodos. Sin embargo, su legado sigue vivo en la memoria de quienes tuvieron la oportunidad de viajar en ellas. Son un símbolo de una época que ya no volverá, pero que dejó una huella imborrable en la historia de la sierra de Tacna.
Un homenaje a la memoria
Este artículo es un homenaje a esas "góndolas" que, con su rusticidad y encanto, marcaron a una generación. Un recordatorio de que el progreso no debe borrar la memoria, y que en la simpleza de lo cotidiano se esconde la verdadera riqueza de la vida.