Condenado por corrupción y matanzas acepta entrevista a Butters. Empresarios y políticos que quedaron impunes tiemblan.
Un trámite aparentemente simple en el Instituto Nacional Penitenciario podría desatar un terremoto político y empresarial. El condenado Vladimiro Montesinos aceptó concederle una entrevista a Phillip Butters, donde revelaría los nombres de muchos cómplices suyos que nunca recibieron condenas por sus delitos.
“Mediante el presente documento, manifiesto que estoy de acuerdo con la realización de la entrevista, de acuerdo a la programación que asigne vuestro despacho”, señala una carta enviada por el exasesor presidencial y su abogado, Julio Carrión, al titular del Inpe, Federico Llaque.
Este pedido, realizado por el fundador de PBO TV, se basa en la igualdad de trato exigida al Estado. El último diciembre, en tiempo récord se le había permitido al condenado por narcotráfico Percy Coromoto Matos, declarar ante Cuarto Poder contra la jueza Enma Benavides.
Montesinos fue investigado y sentenciado por varios casos, como las matanzas de La Cantuta y Barrios Altos, malversación, asunción ilegal de su cargo de jefe de inteligencia, abuso de poder, tráfico de influencias y soborno.
Hasta ahora se recuerdan los “vladivideos”, donde quien fuera hombre de confianza de Alberto Fujimori recibía a conocidos personajes en la oficina que tenía en la sede principal del Servicio de Inteligencia Nacional, conocido como “La salita del SIN”.
El primero en caer fue Alberto Kouri, congresista que apoyó al gobierno de entonces a cambio de dinero, y terminó tras la cárcel. Luego pasaron conocidos empresarios de las comunicaciones como Manuel Delgado Parker, Fernando Calmell del Solar y el aún prófugo Ernesto Schutz.
No todos los que pasaron por “la salita del SIN” lo hacían para obtener recursos públicos a cambio de ayudas (algunos solo iban para hacer gestiones públicas con el segundo hombre más poderoso del Perú). Sin embargo, el Poder Judicial, el Ministerio Público, la Procuraduría del Estado y el Congreso de la República llegaron a mezclar a justos con pecadores en sus investigaciones.
Sin embargo, hubo casos de personas que sí habían obtenido beneficios del Estado tras sus reuniones con Montesinos, pero nunca fueron procesados y menos condenados por la justicia.
Un caso muy interesante es el de Dionisio Romero, a quien Montesinos recibiera en sus aposentos el 22 de junio de 1999, cuando este último y Fujimori tenían todo el poder.
“Esta reunión comienza revisando files que, luego se revela, contienen los currículos de un grupo de funcionarios que Dionisio Romero está proponiendo como administradores judiciales del grupo Hayduk”, señalan los expedientes de entonces.
A esto se suma que el accionista mayoritario del entonces Banco de Crédito (el cual cambió su logo comercial luego de este escándalo) solicitaba bajar el arancel de ciertos materiales. El objetivo era supuestamente político, pero a cambio, empresas allegadas al banquero también podían beneficiarse.
Romero terminó citado en el Congreso, y solo admitía haberse reunido con el exasesor una vez, pero como le mostraron documentos de que había acudido más veces al SIN, terminó reconociendo que no había dicho la verdad.
En el 2005, la Tercera Sala Anticorrupción declaró prescrito el proceso contra Romero por tráfico de influencias. Se consideró que el plazo máximo eran seis años, los cuales se cumplían entonces.
Otro empresario que no fue investigado por Fiscalía, a raíz de sus visitas, fue Gustavo Mohme Seminario. Esto fue destapado por el periodista Beto Ortiz, pero el empresario de comunicaciones y construcciones argumentó que solo había ido a hablar sobre el conflicto con el Ecuador.