
Organizaciones sociales y políticas refieren que víctimas no representaban una amenaza para los policías.
Este martes 9 de enero se cumple un año desde la trágica jornada en Juliaca (Puno), donde 18 civiles y un policía perdieron la vida durante las protestas contra el gobierno de Dina Boluarte y contra el Congreso de la República.
Diferentes manifestantes y familiares de las víctimas del fatídico 9 de enero de 2022, colocaron sobre la baranda de un puente la fotografía de cada uno de los 18 fallecidos de la llamada ‘Matanza de Juliaca’.
Posteriormente, el grupo de manifestantes se dirigió hasta la Plaza de Armas de Juliaca, para esgrimir discursos y arengar frases en contra el Gobierno al que califican de represivo e ilegítimo.
Por su parte, Orlando Zanga, dirigente puneño, expresó: “A un año de esta masacre por este gobierno, de este gobierno usurpador de Dina Boluarte, aún no encontramos ningún responsable. No hay justicia para nuestros hermanos de pueblos originarios”.
El vocero indicó que las investigaciones muestran que las víctimas no representaban una amenaza inminente para la vida de los policías.
El abogado Wilfredo Robles, representante de la familia de una de las víctimas, denunció irregularidades en la investigación: “Se ha visto primero un encubrimiento”. Robles sostuvo que unas 1,500 personas resultaron heridas en Juliaca.











