La indignación crece en el distrito Coronel Gregorio Albarracín Lanchipa tras revelarse los escalofriantes resultados de la necropsia realizada al canino "Carissa". El informe forense ha confirmado que la mascota falleció a causa de violencia física, golpes y estrangulación, lo que agrava la situación legal de Gladys Arratia Carrillo (38), quien fue detenida ayer por el presunto delito de Violencia y Crueldad Animal.
Los hallazgos de la necropsia son contundentes y muestran la brutalidad con la que fue atacado el animal:
- Hipoxia pulmonar: Indicativo de asfixia o falta de oxígeno.
- Hemorragia interna: Daño severo en órganos internos.
- Presencia de sangre por ambos oídos: Posible traumatismo craneal o lesiones graves.
- Corazón agrandado a causa del shock: Reacción fisiológica ante un trauma extremo.
- Coagulación sanguínea en los ventrículos auriculares: Confirmando la extensión de las lesiones internas.
- Cuerda gruesa de luz (cable) atada al cuello: Prueba clave de la estrangulación.
- Signos de hemorragia externa dentro de la bolsa: Sugiriendo que el cuerpo fue manipulado tras el ataque.
Detalles de la intervención y la defensa de la implicada
Gladys Arratia Carrillo fue intervenida por personal de Seguridad Ciudadana tras la denuncia de Junior Q.V. por la muerte de "Carissa". Durante la detención en la Asociación de Vivienda PROMUVI La Unión III Etapa, Arratia Carrillo se defendió alegando que el perrito "había matado gallinas" y que su esposo, Tiburcio Huarhua Rabelo, lo había golpeado con una piedra.
Sin embargo, las pruebas forenses desmienten en gran medida la versión de la detenida y apuntan a un acto de extrema crueldad. Arratia Carrillo fue informada de sus derechos constitucionales (Art. 71 del NCCP) y su caso fue comunicado al Ministerio Público para las diligencias correspondientes.
La comunidad de Gregorio Albarracín, que ya había expresado su consternación por la denuncia inicial, ahora exige una investigación rigurosa y que se aplique todo el peso de la Ley de Protección y Bienestar Animal N° 30407, en un caso que ha conmocionado por su brutalidad.